lunes, 13 de julio de 2009

Cuál es la calidad de su trabajo?

Cuando hablamos sobre calidad es fácil confundirnos.

Esto sucede porque existen dos tipos de calidad en discusión.
La manera más común de hablar sobre el asunto en negocios es “respetar las especificaciones”. Un producto o un servicio tiene calidad si fue producido de la manera como fue planificado que fuese producido.

Pero, existe otro tipo de calidad.
Es la calidad del “vale la pena ser hecho?
La calidad de la exclusividad y de la humanidad, de la pasión y de la diferencia.
El conflicto viene de ahí.

El primer tipo de calidad es fácil de pedir, razonablemente fácil de reproducir y cabe fácilmente en una planilla. Hay que preguntarse si con esa planilla conseguimos ir más lejos que eso.

Consideremos dos huevos:

Si fuera al restaurant de la esquina, puedo conseguir fácilmente comer un huevo de alta calidad.
El huevo es producido en forma estandarizada, puesto en el nido por gallinas presas y llenas de hormonas y otras drogas. Su precio, al por menor, dependiendo de los países, debe andar alrededor de USD 0,14, centavos más, centavos menos.

El huevo es preparado em un fogón, siempre de la misma manera, en una sartén, ni sucia ni limpia, cubierta de aceite brillante, un poquito viejo. Es cocinado sólo de un lado, hasta que queda pronto. Luego es dado vuelta para el otro lado por algunos segundos, colocado en un plato, espolvoreado con sal iodado y servido, generalmente, con um pedazo de pan blanco común.

Ese es el tipo normal de huevo. La mayoría de nosotros creció conociendo este tipo de huevo. Fácil de producir, confiable, esperado y sin sorpresas.

Cuando cada lunes y cada miércoles hago un huevo en casa para el desayuno de mi mujer Micheline, uso un huevo de gallina criada libre, en el criadero de un productor artesanal, por el cual pagué feliz unos USD 0,40, centavos más centavos menos.

Este huevo tiene gusto de huevo de verdad y el dinero extra que pagué paga no sólo al criador artesanal sino también paga a una gallina (un poquito) más feliz. Lo cocino en una sartén de hierro bien caliente, con aceite de oliva realmente sabroso y lo dejo fritar hasta que quede con los bordes tostados (escribiendo esto me está dando un hambre...). Después le pongo sal marina orgánica (que es menos fina y más áspera y tiene un gusto mucho mejor).

Este huevo me cuesta un poco más que el huevo “normal”.

Esta es la calidad en la que no se puede confiar.
Es una calidad incierta. Usted puede no conseguir huevos, limpiar la sartén da más trabajo. Pero..., pero..., este es un huevo excepcional, un huevo del cual vale la pena hablar, un huevo sobre el cual vale la pena atravesar la calle y vale la pena escribir este post.

Si usted puede hacer eso por un huevo, por USD 0,50, imagine lo que puede pasar cuando aplica el mismo abordaje para la calidad de su trabajo o de su producto.
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Adaptado de Seth Godin y traducido a la lengua de Cervantes por Jorge Aldrovandi.
Fuente original.

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